Brasil se sumergía hoy en el lodo del colapso hospitalario de la pandemia, con seis estados con problemas de oxígeno para sus pacientes, San Pablo abriendo por las noches sus cementerios para no detener el ritmo de entierros récords y Brasilia sufriendo la escena de tener que acumular muertos por coronavirus en pasillos de los hospitales públicos por saturación de cámaras frigoríficas.
Además, volvió a batir su récord de muertes diarias por Covid-19, con 3.251 en las últimas 24 horas, según se informó oficialmente.
En este dramático cuadro de situación, el presidente Jair Bolsonaro puso hoy en funciones en un acto fuera de agenda al nuevo ministro de Salud, el cardiólogo Marcelo Queiroga, mientras su ahora antecesor, el general en actividad Eduardo Pazuello, negocia su permanencia en otra área del Gobierno para no perder fueros, ya que está investigado por negligencia frente a la pandemia.
El estado de cuarentena y de colapso hospitalario en gran parte del país, por ejemplo, provocó la caída de los homicidios en Río de Janeiro durante febrero a niveles históricos, mientras que en Natal, capital del estado de Río Grande do Norte, ayer dos hombres armados fueron detenidos luego de robar 20 dosis de vacuna contra el coronavirus de una sala de primeros auxilios.
La provisión de oxígeno se transformó en una de las agendas de Brasil: incluso la multinacional Ambev anunció que transformará una fábrica de cerveza en Riberao Preto, San Pablo, en una planta productora de oxígeno hospitalario para el estado San Pablo, que hoy superó los 1.000 muertos en 24 horas.
En San Pablo, la municipalidad colocó torres de iluminación en cuatro cementerios públicos de la ciudad para realizar los entierros y le pagará horas extras al personal funerario para cumplir con la demanda en horario nocturno.
En tanto, el Ministerio de Salud envió un oficio a la fiscalía general de la República alertando sobre la posibilidad de colapso por falta de oxígeno en cinco estados, teniendo en cuenta que en el Gran Porto Alegre, en Río Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, seis personas murieron el fin de semana luego de que se cortara el circuito de distribución de oxígeno a camas UTI.
Los estados en "situación crítica" de oxígeno son Acre, Rondonia, Amapá (norteamazónico), Mato Grosso (centro-oeste) y Ceará y Río Grande do Norte (noreste), luego de que el país viviera la crisis por falta de oxígeno en Manaos, estado Amazonas, donde los pacientes con coronavirus morían asfixiados, en sus camas de hospital.
San Pablo y Río Grande do Sul son los estados donde se registran muertos en las enfermerías por falta de tiempo para tener una cama de terapia intensiva.
Esta segunda ola que desde febrero golpea a todo Brasil está influenciada por la variante P1, surgida en noviembre en Manaos.
Un estudio preliminar de Fiocruz, el laboratorio público federal, indicó ayer que las aglomeraciones recurrentes pueden ser el espacio ideal para la generación de nuevas variantes en territorio brasileño. (Télam)